El mayor problema no es que los coches sean de diésel o gasolina, el mayor problema es el mantenimiento.

 

Cada día vemos noticias (y mucha publicidad) sobre la electrificación del parque de vehículos como la salvación a la destrucción del planeta. Los grandes intereses que quieren vender el coche eléctrico han satanizado al vehículo de combustión (diésel o gasolina) a tal punto que parece que en el momento en que giramos la llave, o pulsamos el botón, van cayendo árboles y secándose ríos a nuestro paso.

Al margen del impacto ecológico que hay detrás de la fabricación de todos los vehículos, como plásticos, baterías, cableados, metales y un largo etc. de materiales que hay que extraer de nuestro preciado planeta, llega el coche eléctrico dando una sensación de que ha crecido de la tierra y salido de un gran árbol que da coches y al adquirirlo automáticamente obtienes un carnet de ecologista y defensor del planeta…

Pero, al margen de este debate, hablando de los coches de combustión,  ¿y si el problema mayor no fuera el combustible, sino que fuera el mantenimiento?

Los vehículos de combustión diésel o gasolina, han evolucionado tanto durante décadas en cuanto al tratamiento de emisiones que hay un abismo de diferencia entre aquel modelo T de Ford y los últimos motores GDI de inyección directa de gasolina de menor cilindrada pero impresionante potencia.

A lo largo de todos estos años, los ingenieros de todas las marcas fabricantes de motores han diseñado, probado y patentado cientos de mejoras y dispositivos para reducir a su mínima expresión los gases nocivos para el medio ambiente. Cientos de miles de millones invertidos en válvulas EGR, Catalizadores, Filtros de Partículas, Catalizadores SCR, mejoras en la inyección, y cientos de mejoras en la eficiencia del consumo de combustible.

El principal problema es que a la hora de vender un vehículo, nadie le explicó a usted, señora, que su modelo llevaba incorporado un Filtro de Partículas Diésel, que tiene ciertas particularidades, y estoy seguro que muchos de vosotros que estáis leyendo esta publicación, os enterasteis que vuestro motor tenía un filtro de partículas el día que se encendió la luz en el cuadro avisando que estaba saturándose.

Y es que cuando se vende un vehículo, sólo te cuentan los PROS pero nadie te dice los CONTRAS.

Os imagináis a un vendedor de coches recomendándole un modelo a un señor o señora diciéndole: «Este modelo le va a encantar, pero recuerde que lleva un filtro de partículas que lo más seguro es que si conduce en trayectos cortos termine atascándose» ¿ó alguien habrá escuchado esta otra?: «Este modelo es fabuloso para usted y su familia, pero cuidado que poco a poco los anillos van a ir acumulando carbonilla que hará que su motor pierda compresión y consuma aceite, que terminará quemándose, y expulsándose al medio ambiente» (Dijo nadie nunca). Hagamos el mismo ejercicio hoy en día… Os imagináis escuchar esto: «Señora, este modelo 100% eléctrico le va a encantar, las baterías se extraen en condiciones infrahumanas y la minería destroza cientos de hectáreas, y una vez llegadas al final de su vida útil no sabemos aun muy bien que vamos a hacer con ellas, pero ¿a que es chulísimo el interior del habitáculo?» estamos claros que esto no vende, ¿a qué no?

Me gustaría que penséis por un momento en lo siguiente y reflexionemos…

Cuando llega el momento de pasar la ITV, la primera vez a los 4 años, después cada 2 y a partir de los 10 años cada año o cada 6 meses dependiendo del tipo de vehículo. Justo en ese momento nuestro vehículo debe tener unas mediciones mínimas de emisiones de escape estipuladas por ley, y en ese momento sea unos dias antes o unos dias después tenemos que correr para bajar las emisiones y estar en el número correcto, el número que en teoría el fabricante pensó para ese motor. Eso puede ajustarse muchas veces de forma económica con aditivos de limpieza del sistema de combustible, los famosos anti humos que mejoran la combustión durante su presencia en el tanque, o soluciones mas costosas que requieren de desmontaje de partes importantes para su limpieza o sustitución como válvulas EGR, colectores de admisión, etc…

Hasta aquí todos de acuerdo, pero, ¿qué pasaría si en vez de mantener las emisiones a raya sólo para pasar la ITV?, nos preocupáramos en mantener las emisiones a raya siempre. Haciendo un mejor mantenimiento de nuestro motor cada año, reforzando el mantenimiento del sistema de inyección cada mes o cada trimestre.

El resultado sería:

– Ahorro de dinero en reparaciones de costosas como válvulas EGR, desmontaje de colectores de admisión, etc.

– Ahorro importante en consumos de combustible.

– Emisiones de escape siempre bajo los niveles mínimos estipulados por Ley.

– Ahorro de tiempo y dinero en rechazos de la inspección técnica ITV.

En resumen, tendríamos un vehículo que trabaja con números de consumo y emisiones lo mas cerca posible del número teórico para lo que fue diseñado.

Está claro que el futuro trae nuevas tecnologías para poder movernos, la electricidad, el hidrógeno, y muchos mas que ni si quiera conocemos, pero también es verdad que esto no será mañana, ni el año que viene, aún tenemos un largo camino que recorrer con nuestros vehículos de combustión de diésel y gasolina, por eso está en nuestras manos hacer ese recorrido con un mejor mantenimiento que produzca el menor impacto posible en el ambiente.

Nuestra recomendación es la siguiente:

1. Limpieza Interna del motor, anillos y sistema de lubricación con el 109 EPR de BG en cada cambio de aceite.

109 EPR

Con esto mantendremos los segmentos del pistón limpios, logrando que el coche mantenga la compresión y la potencia de cada explosión. Disminuiremos que se filtre combustible hacia el aceite contaminándolo, evitando así que pierda sus propiedades y se evapore con mayor rapidez. Y además, evitaremos que el aceite suba hacia la cámara de combustión quemándose incrementando las emisiones de escape.

2. Previniendo la evaporación con el 112 DOC o 115 MOA, manteniendo el aceite en perfecto estado y evitando su evaporación (si, el aceite se evapora)

112 DOC
115 MOA

3. Limpieza del sistema de Inyección con el 208 44K o con el 245 limpiadores de Inyección Premium, para mantener la pulverización perfecta del inyector, intentando acercarnos a la mezcla ideal de Aire/Combustible, evitando el incremento de emisiones de escape, que en su mayoría es combustible que no logra quemarse en la cámara completamente.

208 44K
245

4. Cambiar el filtro de Aire, una practica necesaria para que la mezcla aire/combustible sea eficiente y las emisiones se mantengan a raya.

5. Refuerzo del sistema de inyección con el 2476 DFC para combustible diésel o el 213 para combustible gasolina, unas 2 o 3 veces al año, buscando mantener el sistema limpio y que la curva de emisiones no suba.

213 ETHANOL DEFENDER
2476

Tenemos en nuestras manos la llave para que nuestros vehículos se mantengan trabajando de forma más eficiente y que además evitemos grandes desembolsos de dinero en averías o soluciones urgentes y de última hora para pasar la ITV.

Ayudar a mejorar el planeta está a nuestro alcance, por eso, piensa en verde, piensa en BG Products!!

Pedro Macías Carpi

Director Técnico de BG Valencia